¿Quién no ha sido choteado alguna vez? Nos pasa a todos, a unos con más frecuencia que a otros, pero nos pasa. Un amigo mío me pidió algunos consejos para poder superar ese momento en el que nuestro ego es destruido, pisoteado, escupido, borrado con “liquid paper”, y terminan con nuestras ilusiones. ¿Qué fue lo que le aconsejé? He preparado una lista de ideas poco ordenadas, pero válidas para aquellos que están pasando por una situación similar.
1. Llorar no te sirve de nada. Suele pasar que nos dicen siempre “llora, eso no te hace menos que nadie, bota todo lo que tienen allí dentro guardado y te sentirás mejor”, y puede que tengan razón… sin embargo, considero que ese momento debe ser privado, personal, una catarsis real con nosotros mismos. No puede convertirse “por nada del mundo” en un espectáculo público. Créanme, yo sé lo que les digo, aparte de sentirse pésimo por que los han “choteado”, luego se sentirán peor al saber que son el chisme mas rankeado por ser el “pobrecito” que lloró porque su flaca (si estás enclosetado) lo dejó. Y pasarán los años, y años, y siempre se acordarán de ese momento y esa vibra de “pobrecito” no le ayuda a nadie para sobreponerse a una decepción. Si lloras, llora sólo. Nadie más debe ganarse con eso. Ni siquiera tu mejor amigo que te dice “tranquilo, cuéntame qué te sucede, confía en mí”. Ni con él. Recuerda que errar es humano, y dado que tú amigo no es E.T entonces estate más que seguro que tarde o temprano te sacará en cara los mocos que derramaste sobre su overol de lana de baby alpaca.
2. Las redes sociales no sirven para publicar tus penas. No sé qué piensa la mayoría, pero para mí es de pésimo gusto el ver estados en facebook que exteriorizan los dramas de la gente… Algunos casos destacados son:
- El sufrido: “me dejó, ¿por qué? Oh, ¿Qué voy a hacer?” (Y adjuntan al mensaje un video de Laura Paussini cantando “Se fue”) .
- El chico carretera central: “Cerveza voy a tomar para olvidar…” (Con un video de Wilma contreras sacudiendo la melena).
- El chico suicida: “No puedo más, esta pena me mata…” (No hay video adjunto… solo una foto suya abrazando su oso de peluche.)
Lamento ser algo duro con esto pero, asúmelo. “a nadie le importa demasiado lo que hagas con tu vida. Pueda que a tus amigos sí, eso es cierto, pero ¡sólo a tus amigos!, no a los 754 desconocidos que agregaste de la nada en alguna de esas redes sociales en tu afán de cantar “un millón de amigos” con Roberto Carlos. Recuerda también que hoy en día los empleadores también visitan con frecuencia las redes sociales para ver a qué tipo de persona le darán un trabajo. Así que a menos que te llames Florcita Polo Díaz, no te conviene armar escándalos en la red.
3. El complejo de Rapunzel. Así es como les llamo a quienes luego de una decepción amorosa, se quedan en casa todo el día llorando y esperando a que alguien los rescate. ¡No pues!, ¡Así no juega Perú! Lo peor que puedes hacer es quedarte en casa a llorar y ver películas románticas comiendo chocolates (¿alguien recuerda Legally Blond?). Sal, distráete, llama a esos amigos que nunca llamaste. Se sienten igual de solos que tú, y “una pena de a dos es menos atroz”, eso es fijo. Si tienes un “Uglisha”, sería bueno que la saques a pasear. ¿Qué es un Uglisha? Simple, alguien más infeliz que tú. Me preguntarás “What a hell? ¿Porque querría la mala vibra de alguien más infeliz?” Simple, si sales a un club junto a tu pata más cuero y rankeado, todos terminarán haciéndole el habla a él… y tú estarás allí mosqueándote y deprimiéndote aún más. Necesitas “destacar”, tu ego ha sido herido, es por ello que un ´Uglisha´, siempre funciona para superar estos problemas. Tú dirás, ¡que maldito que soy al aprovecharme de otro!, tranquilo, tu ´uglisha´ siempre podrá conseguirse uno para él. Es la ley de la vida.
4. ¡Ocupa tu tiempo!, la ociosidad es madre de todos los vicios. Eso me decía mi viejita cuando me veía de vago jugando todo el día Mario Bross en el playstation. Ella tiene toda la razón, uno de esos vicios es también el sufrir amargamente la “choteada” de un ser querido. Inscríbete en algún taller, haz trabajo voluntario, únete a grupos con fines en común. Hay miles de cosas por hacer. Lo único que debes evitar es tener demasiado tiempo. Muchos dirán, ¡Hey!, eso es como huir del problema. Mi respuesta sería. ¿tienen alguna mejor propuesta? Me temo que no, entonces. No hay nada de malo en que hagas productiva tu “desgracia”.
Espero te haya servido en algo estas sugerencias. Tengo más, pero ya más adelante las iré publicando. Lo importante es que sepas que no es el fin del mundo, y que mientras tú estas allí llorando y sufriendo por alguien, tu media naranja está siendo arrollada por una combi asesina. Así que ponte las pilas y estate listo para cuando se recupere y debas llevarle un pie de limón.
Hasta pronto.
Javier Camacho